Me acuerdo que mi primer cero kilómetros, un vw golf, lo compré en los 90. Me lo entregaron con la primer cuota y lo terminé de pagar antes de que se fuera "el Carlo".
Los 90 fueron los años en que mejor nos fue, a mí y a mi familia, pero aún así no me sentía identificado con aquel gobierno, porque se veía venir lo que luego terminó ocurriendo. Tanto es así que a la hora de acordar el pago de las cuotas del auto, calculamos que fuera dentro del período de ese gobierno, por si las moscas.
Después soñamos con un gobierno nuevo. Una esperanza que (a mi modo de ver), se sostenía principalmente en figuras como la de Chacho Alvarez, Graciela F. Meijide y otros tantos que por primera vez tenian un discurso donde "la gente" era protagonista. El mayor error que pienso cometió esta gente, fue aliarse con el radicalismo para vencer a un peronismo que ya estaba nockout. Sin embargo, aceptaron unirse y encima poner a De La Rua como lider, aún desoyendo las voces en contra y con el único objetivo de unirse para derrotar al peronismo. Esa base que yo voté y volvería a votar, duró lo que un pedo en una canasta, porque cuando Chacho denunció lo que pasó en el Senado, en vez de salir a apoyarlo y darle nuestro apoyo por su valentía, lo tratamos de cobarde y después le echamos la culpa de todos los males.
No creo (como hoy dice Kirchner), que esa alianza fuera igual a la de ahora (a excepción del radicalismo). Aquella alianza tenía propuestas de cambios profundos que después Kirchner se encargó de llevar adelante en su gestión a muchas de ellas. De hecho, hay gente del FREPASO que acompañó y acompaña a este gobierno, empezando por Chacho. Los que sí no tenían un proyecto era el radicalismo, que lo único que hizo fue prestar su aparato partidario para cumplir con el famoso "todos unidos triunfaremos" del enemigo.
Cuando pienso en todos los episodios desagradables que vivimos hasta llegar al caos que fue el 2001 y recuerdo las fábricas cerradas durante tantos años, los comercios con el cartelito de se alquila en las principales avenidas porteñas, los cartoneros, los pibes pidiendo en la Avenida Corrientes, el corralito, el estado de sitio, los cacerolazos, los que perdieron la vida al grito de "que se vayan todos", los hospitales abandonados, la educación ausente por décadas. Cuando pienso en todo eso, no puedo imaginarme una Argentina peor. Y hablo de Argentina y no de mí, porque a pesar de todo yo no toqué fondo e incluso pude recuperar lo que tenía en el corralito. No me quejo, pero sí era evidente que el país estaba fundido. Por primera vez en la historia, Argentina tocaba fondo y nadie sabía cómo ibamos a salir de allí. Me acuerdo que los pronósticos eran todos catastróficos. Si algún político sobrevivía al escupitajo, insulto o apedreo y podía opinar, hablaba de una recuperación que nos llevaría décadas. Muchos decían "esto nos llevará más de 20 años".
A Néstor Kirchner no lo voté. En esa época había una gorda desalineada que hablaba de cambiar al país y tenía un discurso de izquierda con el que me sentía identificado. Más aún cuando escuchaba a su compañera (Ocaña). Me gustaba el look de Carrió, porque se cagaba en aquellos que pensaban y piensan aún que en política, lo más importante es verse muy bien por fuera y que las ideas o los proyectos son secundarios. En aquel momento, al igual que Ocaña, aposté por Carrió y la voté. Me acuerdo que había todo un revuelo, porque también estaba bien posicionado Zamora y había un dibujito (no sé si lo vi en TVR), donde mostraban a Carrió en la Casa Rosada con una bandera comunista flameando. Qué increíble que haya sido capaz de semejante engaño, ¿no?.
Con Kirchner tuve una negación prejuiciosa, porque nunca había votado por un peronista, ya que desde que nací hasta esa fecha, el peronismo que conocí era un peronismo de derecha y de ultra derecha. Ni siquiera lo escuché. Pero luego, debo admitir que me sorprendió gratamente, porque era levantarme todos los días y encontrarme con una noticia sobre cambios positivos con los que me identificaba completamente. Era como si yo mismo estuviera gobernando. Y no sólo me refiero a lo económico sino también en lo cultural y en medidas que atendían cuestiones sociales. Ver a Charly en el sillón de Rivadavia parece una boludez de mi parte, pero entiendan que vengo de una época donde pensar diferente u oponerse a una regla estúpida era considerao ser un subversivo. Y ver que el presidente de mi país, invite a figuras que en mi época escuchaba casi en soledad o a escondidas, fue una satisfacción enorme.
Lo que vino después fue una recuperación fabulosa, si uno piensa en los pronósticos agoreros que había en el 2001 y también todas las medidas que se tomaron en un sentido que fue y sigue siendo muy distinto al que hubiese tomado la oposición. No me imagino a ningún otro gobierno sacándose de encima al FMI o eligiendo el Mercosur en lugar del ALCA, entre otras tantas cosas.
Sería muy extenso hablar de todas las coincidencias ideológicas que encontré en el gobierno de Kirchner. Sin duda mucho más que las disidencias (que también las tuve y las sigo teniendo), pero pensando en las argentinas sufridas y en cómo habíamos llegado al 2001 y en vista de la extraordinaria recuperación y el rumbo inédito por el cual por primera vez caminábamos de la mano de latinoamérica, decidí romper con mis prejuicios y votar por Cristina, para respaldar el modelo y profundizarlo. A todo esto y mucho antes que Ocaña, le bajé el pulgar a Carrió, que a esta altura ya no sé exactamente si es una persona vacía, sin ideales, si ésta es su verdadera ideología o si se trata de un nuevo engaño, porque cuando el país estaba en la miseria, se vestía austeramente y tenía discursos dirigidos a los excluidos, pero cuando la clase media se recuperó, se compró la cama solar, se tostó y empezó a hablar de olvidarnos de los juicios a los militares, terminar con el pasado, apoyó el reclamo patronal del campo y se acerca cada vez más a un sector al que en el 2001 repudiaba.
Siempre me gustó la franqueza y la firmeza de los Kirchner. Eso que algunos llaman soberbia o capricho, yo lo llamo convicciones, principios y compromiso, porque aún a riesgo de perder imagen y votos inclusive, los Kirchner no abandonan su lucha por cumplir con lo que prometieron. Uno de los mayores males fue tener a la prensa en contra y pienso que si hay un responsable de que vivamos en un país tan surrealista como la Argentina de hoy, ese es el periodismo.
Digo surrealista porque me cuesta entender que haya un sector del país que esté viviendo el presente como si fuera el peor gobierno de la historia, ignorando y negando un pasado nefasto para todos. Entre tantas cosas, estuvieron años hablando de la inflación como un hecho escandaloso, inmoral, que el INDEC era un ejemplo en toda latinoamerica, bla, bla, bla. Todos los meses que se anunciaba el famoso índice, estallaban los reclamos porque las estimaciones daban que era una inflación del 1% y el gobierno decía que era del 0,6%. Ahora yo me pregunto ¿si esto es un escándalo?, ¿qué era la inflación del gobierno de Alfonsín, donde nunca nadie creía en el INDEC y los productos cambiaban de precio de la noche a la mañana?. Y en aquella época hablabamos de índices de más del 50% (por ser generoso).
O nos gusta la tragedia o somos unos imbéciles, porque no puedo entender que ahora resulta que todos somos honestos, rubios y de ojos azules y que por eso este gobierno no sirve y "no importa quien venga, sino que hay que sacarlo urgente del poder". Es realmente patético que a esta altura haya gente que no haya aprendido nada.
Me da risa escuchar a la oposición hablar de corrupción, de ética, de moral. No digo que esté mal que lo hagan, sino que me da risa que no les quede otra que recurrir a esos valores como argumento político, porque en todo caso, esas cosas las juzga el pueblo o la justicia. Ellos se tienen que dedicar a hacer propuestas, denuncias serias y dictar leyes que en todo caso, reduzcan al máximo posible la posibilidad de que se utilice el poder para hacer dinero.
Yo no pongo las manos en el fuego por ningún político, incluído los Kirchner. Si hablo bien de este gobierno, es por su gestión y no por como podrían estr robándonos en nuestras narices. En todo caso, de eso culpo a la oposición por no saber cómo pescarlos. ¿O acaso la corrupción es patrimonio nuestro?. Existe en todas partes y seguirá existiendo, pero la falla no está en quien roba sino en quienes permiten que tengamos un sistema en el que hasta lo que se roba se puede poner en una declaración jurada y no pasa nada. Hay un documental de Michel Moore donde se muestran las cifras que reciben de coima los funcionarios del gobierno de EEUU, por parte de algunas corporaciones (si no me equivoco es Sicko) y es muy gracioso porque a medida que hacen su ingreso en un salón, sobre sus cabezas aparece el monto. Y allí se votó un modelo, como también se revalidó el modelo de Menem, a pesar de que era vox populi la escandalosa corrupción que había. ¿Entonces de que me están hablando?
Si hacemos un análisis en serio, mucho más profundo que este pensamiento en voz alta que hago, seguramente terminaríamos aceptando que él unico problema de este gobierno es que el modelo no le cae bien a un sector y que ese sector (para colmo) tiene mucho poder. Tanto poder tiene que hasta puede influir sobre la gente y hacerle creer que de seguir por este camino nos va a ir muy mal.
Tan surrealista es la cosa que vienen crispando a la gente hace años, con el discurso a futuro. Es decir que viven anunciando que nos va a ir muy mal y se desesperan porque ese futuro no llegó con Néstor ni está llegando con Cristina. ¿Quién miente entonces?, ¿hasta cuándo van a seguir hablando de "los que nos ocurrirá si seguimos con Kirchner".
Tan surrealista es la cosa que las pruebas están a la vista y pareciera ser que nadie lo advierte. El modelo no le cae bien a este sector de la derecha, egoista y codicioso porque están en la calle de la mano de la Sociedad Rural y están en la televisión haciéndose pasar por progresistas para volver al modelo que tanto daño nos ha causado.
Vamos, las cosas están mal cuando suceden y no porque pueden llegar a suceder. Ya vivimos épocas malas los argentinos y yo las recuerdo muy bien, fueron épocas donde las calles se inundaban de trabajadores pidiendo mayores salarios, desocupados pidiendo trabajo, jubilados con el megáfono frente al Congreso o reuníendose con un insensible que encima les reducía los haberes, maestros acampando. Eso era un pueblo que estaba mal. Es un insulto para todos los argentinos, decir que el pueblo está mal con este gobierno y usar a los pobres que falta recuperar o usar aquellas cuestiones postergadas por siglos, para hacernos creer que no se hizo nada y que estamos viviendo la peor de nuestras pesadillas. No sé, pero me atrevo a pensar que no les cree nadie.
Voy a darle mi respaldo a los Kirchner porque creo que el modelo es rescatable y porque sinceramente no veo en la oposición una opción mejor. Directamente no veo ninguna opción, sino un objetivo, que es voltear al gobierno y que no llegue al 2011 o que llegue lo más deteriorado posible. Y todo lo que hagan para ganar, mientras esté dentro de la ley, no me puede parecer nunca ilegítimo, como pretenden hacernos ver.
Yo pienso que el voto castigo debe ser para la oposición, porque no hizo nada para controlar la gestión, porque impedir no es oponerse o controlar. Un respaldo al oficialismo, quizás los haga unirse para elaborar un plan de gobierno que puedan llevar adelante. Porque aunque a muchos no les guste, lo que prometió el kirchnerismo, lo cumplió mientras lo dejaron, cosa que otros gobiernos que ganaron por ejemplo proponiendo "el salariazo y la revolución productiva", inmediatamente después que asumieron, tomaron una posición contraria a esa propuesta.
Confío en la sabiduría de la gente (el país entero y no "lagente" de la que hablan los medios). Si vota en contra del kirchnerismo, me va a costar mucho entenderlo, pero seguramente habrá buenas razones para que eso sea así. No sería la primera vez que no coincido con el voto de la gente y sin embargo con los años me di cuenta que tenían razón en haber votado como votaron. Y si gana el kirchnerismo, por goleada, espero que los medios aflojen un poco, la oposición se ponga las pilas y que finalmente dejen gobernar a Cristina, porque si en realidad piensan que el gobierno es un desastre y ellos quieren asumir el poder, entonces muchachos, déjenla gobernar y que se hunda sola. Esa actitud parece la de EEUU con Cuba: hablan de pobreza extrema, a la vez que le quitan toda posibilidad de que su economía crezca. Aquí pasa exactamente igual, impiden que el gobierno resuelva problemas porque así tienen problemas de los cuales hablar.