jueves, 9 de abril de 2009

The Wall (un Posse en la pared)

Cuando Macri habló por primera vez sobre tener policía propia, lo primero que se me pasó por la cabeza fue: se viene el "Country Autónomo de Buenos Aires", donde para poder entrar uno tenía que ser blanco, usar pelo corto y vestirse con saco y corbata.

Sí, realmente exageré un poco. Pero ojo.... En realidad no sé..... Al final no le dieron la policia y conociendo a esta gente, no hubiera sido nada extraño. Digamos que lo mío es un prejuicio.

Digo, porque si uno empieza a hilar fino, nos daríamos cuenta que hay mucha negrofobia y mucha sangre facho en muchos argentinos. ¿Cuánta gente formada académicamente es rechazada por su aspecto o por vivir en una zona marcada como "zona de mierda"?. Muchos, sin lugar a dudas. Aquí pasa como en EEUU (según contaba Michel Moore). Si un negro va a buscar trabajo, no le dicen que no se lo dan porque es negro, le dicen "acabamos de cubir el puesto, lo siento". Bueno, acá sería algo así como "lo vamos a llamar".

Lo del intendente Posse es la exteriorización de todos esos muros invisibles con los que uno convive a diario y además tiene un doble propósito que es el político.

Posse es radical, pero así fuera del partido comunista, yo diría que es un hombre de la derecha, porque esas actitudes y esas definiciones para ciertos temas, son comunes en la gente que se identifica con la derecha. No me quiero meter a fondo en esto de derechas e izquierdas, porque da para largo, pero ya habrá oportunidad de hacerlo.

La política de la derecha, cuando están fuera del poder, es la de exagerar los problemas e invertir mucho dinero en crear situaciones frustrantes. Arman un escenario de fondo y se ponen delante para hablar "con hechos" a la sociedad.

Lo han hecho saqueando supermercados, haciendo subir el dólar, pagando a los medios, a los empresarios, al campo, incluso a mercenarios militantes de la izquierda, incrementando el delito pagando a rateros, apretando a artistas, etcétera. Y siempre les ha dado buenos resultados. Han logrado el consentimiento en una parte de la sociedad(*) en golpes militares y la sumisión ante las operaciones destituyentes de gobiernos democráticos como el de Alfonsín, o el permanente ataque al gobierno de Kirchner. Han logrado que hoy, una parte de la sociedad se debata entre "derrotar o apoyar al kirchnerismo malo, caca.", dejando de lado lo que realmente nos importa que es si seguimos con este modelo o volvemos al anterior, un tema que obviamente se niegan a discutir y que lo ocultan manteniendo el foco en el escenario que han montado y que alimentan día a día con cualquier cosa que sirva para distraer.

Esperemos que esta vez (los que estamos de este lado de la pared), sepamos leer los mensajes de aquellos que intentan una y otra vez, destruir cualquier proyecto que intente terminar con las desigualdades, volteando otros tantos muros no tan visibles como éste.

(*) En estos días también escuché a algunos decir que "todos consentimos los golpes militares". Más allá de esa costumbre de arrogarnos permanentemente el hablar en representación del país en su conjunto, cuando en realidad no representamos a nadie, me parece que siempre estamos hablando de un mismo grupo social que hace mucho ruido, pero que en rigor, no es la totalidad del país. Para decir que "el país estuvo de acuerdo con el golpe", se debería haber votado, lo cuál es absurdo para un golpe, pero sino, ¿qué es el país?, ¿lo que entre en Plaza de Mayo?. Y esto también se está dando ahora. "El país apoya al campo". De nuevo: ¿qué es el país?, ¿están hablando de los 40 millones que somos o de Martinez, San Isidro o Recoleta?.

0 comentarios:

Publicar un comentario