domingo, 24 de enero de 2010

sábado, 23 de enero de 2010

Haciendo memoria

Yo me acuerdo que hace unos años atrás (antes de los K), era muy frecuente escuchar cosas como estas:
"Yo quisiera un presidente que las tenga bien puestas. Un presidente que no se deje forrear por el poder económico. Que no se baje los pantalones. Quisiera que exija respeto a los de afuera y se le plante a EEUU y al fondo, pero ¿quién sería capaz de pagar esa deuda?. Es imposible.... Quisiera un presidente más cerca del pueblo, que se ocupe de los jubilados, de los trabajadores, que haya aumentos de sueldo sin tener que recurrir a medidas de fuerza, que se invierta más en obras públicas y si se puede ayudar a las empresas mejor, pero primero que esté el pueblo. Quisiera un presidente desacartonado, que no le importe si se ve bien en la tele o no, que no tenga miedo de enfrentar el chantaje de los medios y tocaría el cielo con las manos si ese presidente los desenmascara y los denuncia públicamente. Un presidente que se ocupe de hacer cada vez más equitativa la distribución de la riqueza, que en vez perseguir a los pequeños evasores lo haga con los grandes. Un presidente que controle precios y que colabore para que haya productos al alcance de los que más necesitan. Un presidente que organice y apoye a los movimientos sociales, para generar más trabajo y una ocupación que los saque de las calles. Un presidente enamorado de la Argentina y no del primer mundo.".
Ahora me pregunto ¿qué pasó con toda esa gente que pedía estas cosas?, porque o yo estoy ciego, o soy un tonto, pero vamos, nunca estuvimos tan cerca de estas cosas como con los Kirchner, ¿o no?. ¿Qué lleva a la gente a semejante nivel de amnesia que incluso parecería estar a punto de elegir un gobierno de derecha, que por sus candidatos (los oponedores de hoy), será exactamente igual a aquellos que toda la vida criticaron.
Sinceramente no entiendo.